SOBRE LAS VIOLACIONES EN EL PERÚ
En la calle,
la universidad, el café y en las redes sociales he podido ver y escuchar
críticas en torno al último horrendo y penoso caso de la niña de SJL-Lima que
fue raptada, violada y carbonizada. Unos atinan a decir “pena de muerte para el
asesino”, “que se pudra en la cárcel” (cadena perpetua). Otros poco acertados:
“Para qué se va con un desconocido”, “La policía no hizo nada”, “Sus padres no
lo cuidaron”, etc. Por su parte, aquellos apegados al constitucionalismo
autodidacta: “Que se instaure la pena de muerte en la constitución”.
Los
comentarios son diversos, la indignación es genérica, el crimen es
imperdonable, pero a mi juicio, sólo queda en comentarios, en opiniones
pasionales, sensacionalistas y más aún muchas sin fundamento y/o
sustento. Son pocos los que ven más allá de lo que las noticias y diarios
repiten cada día (difusión de noticias sensacionalistas). ¿Cuál es ese
análisis?: identificar la matriz del problema, la raíz acciones animalescas, es
decir el cómo llegamos a ver estos casos. Porque no basta con aplicar la pena máxima
(si las cárceles nada hacen para lograr la reinserción), nada soluciona la
cadena perpetua para violadores (porque muchos violadores están en las calles y
tal vez comparten ambientes con nosotros), nada se soluciona con cambiar la
constitución (para restaurar la pena de muerte- la que no se aplica desde
1979-pues implicaría salir de la Comisión Interamericana de Derecho
Humanos, además de esperar unos años para hacer se efectivo). Es entonces, es
necesario analizar el perfil de la sociedad peruana; y en el caso de los
violadores, conocer cómo fue su desarrollo personal, familiar y social, que
problemas mentales tienen, que trastornos de personalidad sufren, y cómo, dónde
y por qué lo adquieren.
Personalmente
considero que la sociedad peruana (en general), cada día va de mal en peor. En
cada momento somos testigos de acciones humanas (si se pueden llamar humanas),
que me lleva al extremo de considerarla como animalidad peruana. Creo que cada
día vamos perdiendo más como sociedad, pues es creciente el índice de familias
desintegradas, niños abandonados, padres sin conciencia de padre (porque se
comprometieron a temprana edad), intolerancia, rivalidad, vanidad, xenofobia,
delincuencia, prostitución, mineral ilegal, empresa informal, corrupción,
autoritarismo, TV basura, prensa sensacionalista y defensora de interés, etc.,
etc. Ante todos estos problemas, el resultado es obvio: personas con grandes
problemas, los conllevan a convertirse en delincuentes, violadores, asesinos,
sicarios, etc., etc. Es aquí donde es prioritaria reformar, el papel de la
familia, la educación (tanto inicial como complementaria: capacitación a
padres, asociaciones de madres, etc.), y las instituciones cuya labor no está
dando frutos.
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