Chontalí: homenaje a San Antonio de Padua

Por: Mario Campos Pérez
Bajada de la Cruz del Conjuro por los
fieles el 03 de mayo del 2011
Hace unos 15 días atrás, estuve de visita en mi natal y amado “Chontalí”, donde además de reencontrarme con amistades y la naturaleza, lo hice con su gente y sobre todo con su religiosidad popular, es decir con sus costumbres, creencias, festividades religiosas y costumbristas y algunas advocaciones religiosas. En Chontalí, las festividades religiosas que destacan son en honor a: San Jerónimo (patrono de Chontalí) celebrada el 12 de octubre, Santa Rosa de Lima (centro poblado de Pachapiriana) el 30 de agosto, La Asunción el 15 de agosto (caserío Gentiles y Hualatan), La Cruz del Conjuro (Chontalí) el 03 de mayo y finalmente la de San Antonio de Padua (Chontalí) el 13 de junio. En este sentido, cabe precisar que he sido testigo presencial de todas las festividades, pero la última fue la que me ha llamado más la atención, por la gran multitud de personas que asisten a ella, desde los 44 caseríos de Chontalí, así como fuera del ámbito provincial y regional y que a ellos se suman los extranjeros. Por tanto, en vista de no existir escritos sobre la historia de la estatua del santo en Chontalí, me abocaré a describir la biografía del mismo y cómo apareció en el distrito, narrando además algunos hechos y/o sucesos considerados como milagros.

En esta óptica San Antonio de Padua, también venerado como San Antonio de Lisboa, nació en Lisboa el 15 de agosto de 1195, hijo de una familia acomodada de esa ciudad y bautizado con el nombre de Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo, nombre que cambió por el de Antonio en 1220 (En honor de San Antonio Abad y la ermita en la que él residía), cuando entró en la Orden de San Francisco. En sus inicios allá por el año de 1210, fue monje agustino en Coímbra, pero en 1220 se convierte en fraile franciscano. En la fiesta de Pentecostés de 1221 participó junto con unos 3000 frailes del Capítulo General de Asís (llamado Capítulos de las Esteras, ya que muchos de los frailes ahí reunidos tuvieron que dormir en esteras), donde vio y escuchó en persona a San Francisco de Asís. Su convicción, cultura y talento como predicador se mostraron por primera vez en Forlì en 1222, y pronto se divulgó la noticia de la calidad de su sermón, y Antonio recibió una carta del propio San Francisco con el encargo de predicar y de enseñar Teología a los frailes. Se trasladó más tarde a Bolonia y a Padua, donde su prédica era proverbial, por lo que fue llamado «Arca del Testamento» por el papa Gregorio IX (Assidua 10, 2). Después de la Pascua de 1231, Antonio enfermó de hidropesía, pero se fue de retiro al bosque Camposampiero con otros dos frailes. Allá Antonio vivió en una celda construida por él mismo, bajo las ramas de un nogal, y en el camino de regreso a Padua a la edad de 35 años, murió un viernes 13 de junio de 1231 en el convento de las Clarisas Pobres en Arcella. Lo curioso es que unos quince días antes de su muerte, hallándose sobre una colina desde la que podía contemplar la llanura de Padua, con ánimo exultante decía maravillas de la situación de la ciudad y volviéndose a su compañero de camino, predijo: “pronto la ciudad se vería ornada de un gran honor”. La celebración de las multitudinarias exequias y la multiplicidad de milagros en su tumba que se le atribuyeron promovieron la más rápida canonización (352 días después de su fallecimiento) bajo el pontificado de Gregorio IX el 30 de mayo de 1232. Treinta años después de su muerte, el sarcófago donde se encontraba su cadáver fue abierto, todo su cuerpo estaba ya corrupto con excepción de su lengua, lo que provocó una nueva oleada de devoción y la admiración y es así que el 16 de enero de 1946 el papa Pío XII, proclamó a San Antonio de Padua «Doctor de la Iglesia», bajo el título de «Doctor evangélico». Por otro lado se atribuyen a Antonio de Padua numerosos episodios de carácter místico, entre ellos la bilocación, ser entendido y comprendido por los peces cuando las personas despreciaron sus predicaciones, o de cargar en sus brazos al niño Jesús durante toda una noche, al respecto el beato Juan Pablo II, en su discurso que pronunció en Padua el 12 de septiembre de 1982, afirmó que: “Durante toda su existencia San Antonio fue un hombre evangélico. Y si nosotros lo honramos como tal, es porque nosotros creemos que el Espíritu Santo vivió en él de modo extraordinario enriqueciéndolo con sus maravillosos dones y moviéndolo "desde dentro" para emprender una actividad que fue extraordinaria en los treinta y seis años de su existencia, pero que está muy lejos de haberse acabado en el tiempo, ya que prosigue, vigorosamente y providencialmente, todavía en nuestros días”.

De otro lado, una vez aclarada la biografía de este brillante santo, estando en Chontalí, en su fiesta de aniversario de su muerte, desarrollada el pasado miércoles 13 de junio, la pregunta que todo creyente se hace es: ¿Cómo apareció esta imagen aquí?, ¿Por qué tanta gente concurre a adorarle, pedirle y rezarle?. En tal sentido, según refiere el Señor Nicolás Pérez Guevara (actual dueño de 48 años), hijo de don Nicanor Pérez Vílchez-natural de Chontalí, ex alcalde y rosariero que falleció el 26 de mayo del 2008, de 85 años de edad-y doña Evangelista Guevara, “hasta donde se sabe el santo tendría ya 6 dueños. El último dueño fue una ancianita del distrito de San José del Alto”, a la cual su papá lo visitaba para adorar al santo-tras una perdida que habría tenido en la juventud, pues como se sabe: invocar por los objetos perdidos a San Antonio es verdaderamente extraordinaria su intercesión-y una vez después de su visita de rutina anual, “el santo se apareció en sueños a mi papá y le pedía que lo trajera aquí, a su casa, y lo construyera una capilla”, expresa don Nicolás, “en principio no lo tomó importancia, pero las revelaciones fueron constantes en la noches siguientes, hasta que se decidió ir y decirle a la señora lo que lo había revelado el santo, tras escucharle, la señora dijo que también a ella lo había revelado y que por tanto lo trajera, pues ¡el santo sabe a quién elige!, tal como a ella lo había elegido antes”, es así que llega a Chontalí esta imagen a la cual se le atribuye infinidad de milagros y favores desde hace ya más de 50 años. No se sabe con exactitud la fecha, ya que según nos cuenta su hijo: “el difunto Nicanor, tuvo un cuaderno con la fecha exacta en la que trajo a Chontalí el santo, así como el nombre de la anterior dueña (…) lo he buscado más de una vez y no lo he encontrado”, pero aun así creemos estar seguros de la fecha pues según el Sr. Nicolás Pérez de 48 años de edad, tiene una foto junto al santo cuando tenía 2 años de edad aproximadamente; y además para cerciorarnos se realizó averiguaciones a mayores y profesores  de la zona como el Sr. Filólogo y Prof. William Gumercindo, los cuales atribuyen las misma cantidad de años y hasta algunos lo consideran más.

Esta imagen es muy conocida en Chontalí gracias a la interminable la lista de favores y beneficios que han obtenido del cielo sus devotos y además porque el ya difunto Nicanor Pérez, salía a recorrer a pie los 44 caseríos de Chontalí y las casas que lo invitaban, ya sea para bendecir los hogares, hacer reuniones o rosarios con la imagen presente. Es así que hoy en día tales visitas y caminatas de este señor, los pobladores los consideran como un acto de penitencia y devoto ferviente, hasta el punto que algunos los consideran como santo, debido a su aparecido aspecto físico al santo y su carisma sin distinción para con los demás. En esta misma óptica según manifiesta el entrevistado: “a mi padre lo quisieron matar hasta en dos oportunidades, los no creyentes (pues para ellos es algo malo tener un santo milagroso), lo dispararon del campo, pero gracias al santo salió ileso (...) en otra oportunidad mi papá había dejado su alforja con el santo lejitos para tomar agua en una montaña (camino a una visita) y de pronto se cayó un árbol en la misma dirección donde se encontraba el santo, él se imaginó lo peor, pero al momento recoger su alforja ¡el santo estaba intacto!, salvo un plato vacío de comida que había llevado está hecho en mil pedazos ¡he ahí un milagro!”, recalcó.


La fiesta en homenaje a la imagen del Santo de 26 centímetros de alto por 18 centímetros de ancho, de hábito franciscano, con una corona y bastón de plata y un niño a la mano izquierda (debido a que un niño pudo ver  al santo que contemplaba, extasiado, a un niño hermosísimo y resplandeciente que sostenía en sus brazos), se celebra desde hace 3 años, por iniciativa de sus devotos (al Sr. Nicanor Pérez no le gustaba). A pesar de tener poca data, asiste gran multitud de fieles de diversas partes, para lo cual se inicia con el oficio de una Santa Misa a las 09:00am., una pequeña procesión de la imagen, almuerzo gratis (sacrifican un vacuno). A partir de las 06:00pm. Liturgia o Santo Rosario, luego continúa un programa de números artísticos y finalmente baile popular de los devotos, sin venta de alcohol, en este sentido es muy cierto lo que Mendoza (1985) expresa al referirse al tema: “en fiestas religiosas es muy común y tradicional ver la alegría con que es celebrada, el pueblo se engalana, con ferias y bailes, no falta la procesión con quema de cohetes” (p.235).

Para los que deseen visitar esta milagrosa imagen, hay que precisar que los días martes y viernes no podrán venerarla, pues la capilla donde se encuentra estará cerrada, puesto que estos dos días de la semana, según la tradición, “son días de brujerías y hechizos y por lo tanto el Santo está para hacer el bien, más no para hacer el mal” manifestó el Sr. Nicolás Pérez. Asimismo algo curioso respecto a este mismo es que en Portugal, Brasil, Perú y algunas partes de América Latina es reconocido como el santo de los matrimonios y el día de su fiesta las muchachas solteras tienen la costumbre de comprar una pequeña imagen de San Antonio y colocarla al revés como castigo hasta que hayan encontrado un buen marido. Esta curiosa tradición ha sido retratada muchas veces en la cultura popular portuguesa y latinoamericana, aunque la Iglesia Católica la ha calificado como superstición.
Finalmente uno de los milagros más famosos de la vida de San Antonio es el de la mula, donde se dice que alguien quiso retarle, a que probase con un milagro que Jesús está en la Santa Hostia. Para lo cual el hombre dejó a su mula tres días sin comer, y luego cuando la trajo a la puerta del templo le presentó un bulto de pasto fresco y al otro lado a San Antonio con una Santa Hostia. La mula dejó el pasto y se fue ante la Santa Hostia y se arrodilló, la actitud de la mula fue el motivo para que su dueño, un campesino escéptico, creyese en la presencia real de Cristo en la Hostia. No queda más palabras que decir: he aquí, benignísimo padre, que, aunque con palabras indoctas y como quiera escritas, he dado cabo a la narración de tus hechos. Hela aquí publicada tu verdadera grandeza, que, aunque no en su plenitud, según se me alcanzó saber he referido.

Bibliografía
§  Huber, Rafael M. (2010). San Antonio de Padua, doctor de la iglesia universal: 228 páginas. ISBN 978-1-164-48943-6.
§  Clausen, Sophronius. (1973). St. Anthony, Doctor of the Church. Chicago  116 páginas. Franciscan Herald Press. ISBN 978-0-8199-0458-4.
§  Mendoza, E. (1985). Presencia Histórica. Perú: DESA S.A.

Comentarios

  1. gusto conocerte yo soy de irapuato, guanajuato, edo de mexico soy historiadora en ciencias y humanidades me gusta conocer mas gente y tratar de tener, una conversacio n hacerca de como eres ok

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  2. hola gusto en conocerte que tal

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  3. Pues te felicito por la labor de historiar, y pues un gusto, puedes contactarme a través de las redes sociales

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  4. HOLA COMO ESTAS SOY DE COLOMBIA Y BUSCANDO A SAN ANTONIO LLEGUE A SU PAGINA SALUDOS ME GUSTARÍA QUE PLATICÁRAMOS

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  5. Claro por que no?...un gusto..siempre y cuando la historia, religiosidad y el folclor nos convoque ahí estamos..Saludos desde Perù

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